En la arquitectura, se debate continuamente dos visiones o filosofías opuestas: lo académico y lo visceral. Estas dos corrientes representan enfoques distintos que, aunque contrastantes, pueden coexistir y enriquecerse mutuamente. Lo académico en la arquitectura se refiere al estudio de los principios teóricos, conceptos históricos y técnicas constructivas tradicionales. Implica una educación formal y un profundo conocimiento de los cánones estéticos y funcionales. Los arquitectos académicos tienden a basar sus diseños en una fundamentación intelectual, buscando crear espacios coherentes y contextualmente apropiados. Por otro lado, lo visceral abarca la conexión emocional, experiencial y experimental de los espacios, una respuesta instintiva y emocional ante la forma, la luz, el color y la textura. Los arquitectos que se inclinan hacia lo visceral buscan sorprender, conmover y generar una respuesta emocional profunda.
Aunque pueden parecer contrapuestas, no necesariamente estos dos ideales no pueden estar en harmonía, fusionando el conocimiento teórico con la expresión emocional. Los proyectos arquitectónicos más memorables y trascendentes a menudo logran combinar elementos de ambos enfoques. La excelencia académica proporciona un sólido fundamento teórico, una comprensión profunda de la historia y una capacidad técnica para materializar ideas. Al mismo tiempo, la incorporación de elementos viscerales agrega una capa adicional de significado y conexión humana a los espacios arquitectónicos. La arquitectura que solo se adhiere a la academia corre el riesgo de ser fría y distante, perdiendo la capacidad de emocionar y de resonar con las personas. Por otro lado, si se prioriza únicamente lo visceral, puede faltar un sustento sólido y una coherencia en la concepción y construcción de los espacios.Por esto se debe encontrar el equilibrio adecuado, donde se complementen y enriquezcan mutuamente, con esto se puede lograr una arquitectura que sea empática y funcional.
Commentaires